La presencia de Claire-Louise Bennett en Filba Montevideo fue una señal auspiciosa de cómo los festivales literarios pueden jugar con audacia y apostar no sólo a la necesaria difusión o a la también bienvenida ceremonia del reconocimiento, sino proponer eso más removedor: un diálogo con otras literaturas en tiempo real.
A pesar de las interferencias que implica el intérprete –Claire Bennett sólo habla inglés– y las dificultades de compatibilizar autores muy distintos, hubo suficiente energía la tarde del sábado 23 en el Centro Cultural de España cuando nuestra entrevistada compartió mesa con una argentina, Gabriela Cabezón Cámara, y dos uruguayos: el novelista Alberto Gallo y Sergio Blanco, que, animal de teatro, impuso desde el vamos un contagioso aliento performático. El asunto a tratar ...
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