Los pañales son un indicador de resistencia al sistema. Dicen, ellos, que vengo flaqueando. Noches atrás, frente a la ventana de atención extrahorario de un Farmashop, pedí pañales para bebé de cinco quilos y la chica recortada en el marco dijo que sólo tenía princesas y campeones. Así, tarde y fuera de contexto, me entero de que la marca de mi preferencia divide los pañales por sexo y los bautiza: campeones para los nenes, princesas para las nenas. Los de ellos llevan la cara de Mickey, los de ellas la de Minnie. Podrían haber optado por Rada y Noelia Campo, un suponer, pero la sociedad es con Disney.
Compré un paquete de pañales princesas. En el momento me consolé, una cosa es resistir y otra flagelarse. Cumplen el cometido, ya está, no jodas.
Al minuto el consuelo expiró. Si la marca ve...
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