El tema es tan monumental como puede alcanzar a serlo una biblioteca, pero alcanza dar una mirada a la región para pulsar las complejidades que se esconden detrás de la pacífica escena de alguien que lee, cuando un lector y un libro se encuentran en silencio, en la intensa intimidad de una sala de lectura. Si desde hace unos años se creó un logo que identifica a todas las bibliotecas iberoamericanas, la relación de sus casos revela que hay una historia que las une.
México es un caso contradictorio también en esto de las bibliotecas. Tiene algunas fabulosas en todo su territorio que conviven con masas enteras de su población que viven ajenas al libro, lo que se refleja en un índice de lectura que es de los más bajos en Latinoamérica.
Sólo en Ciudad de México coexisten la Biblioteca Nacional...
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