—Seis años de experiencia inclusiva.
—Seis años de Kalima Café, que inauguró esa experiencia en horario vespertino; al boliche Kalima lo compramos, con socios que ya no están, hace ocho años.
—¿Qué te llevó a esta decisión?
—Siempre trabajé en temas de participación ciudadana, concepto que incluye a distintos colectivos sociales vulnerables; en materia de discapacidad trabajé en un colegio especial del que luego fui copropietaria, en el que focalicé mi atención en discapacitados adolescentes y jóvenes, los más afectados, creo, por nuestro modelo de educación formal, que en este tema oscila entre la infantilización y la elitización, con centros exclusivos. En 2009 compramos Kalima con dos socios, y mi primer objetivo fue adaptarme a la vida de “bolichera”. En 2011 decidí que un colectivo so...
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