Así como en algunos lugares los diplomáticos israelíes se creen con derecho a dictarles a las autoridades del país en que están instalados la conducta que deben tener ante lo que sucede en Gaza, en otros les fijan reglas de conducta a periodistas que cubren la “guerra”. A Hamutal Rogel, portavoz de la embajada de Israel en Madrid, se le ocurrió un buen día que la periodista Yolanda Álvarez debía ser llamada al orden por su empleador, Televisión Española. Álvarez estaba instalada en Jerusalén, pero cuando comenzó la operación Borde Protector se le ocurrió la peregrina idea de trasladarse a Gaza para reportar de cerca lo que ocurría. Rogel opinó que eso ya evidenciaba un parti pris de la periodista, y lo escribió –lo tuiteó, lo feizbuquió– con todas las letras. Peor aun le resultó que Álvar...
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