Frente a la pantalla
Ocurrió hace muy poco en la civilizada Inglaterra. En uno de los apartamentos de un refugio para víctimas de violencia doméstica se encontró el esqueleto de una mujer. Los restos habían permanecido allí durante más de dos años frente a un televisor encendido. Durante todo ese tiempo nadie había intentado abrir la puerta de dicho espacio para ver qué sucedía. Tan estremecedor y singular episodio empujó a la dramaturga, directora y actriz Raquel Diana a escribir un texto que se convierte en un poderoso llamado de atención con respecto a los diferentes grados de soledad que afectan a la humanidad en tiempos dominados por el consumo y la indiferencia, a extremos tales que se esfuma no sólo la comunicación con los semejantes sino también el mínimo interés que debería asomar...
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