Darío Iglesias
Si hiciéramos una extrapolación a partir de la diferencia entre los dos primeros discos de Darío Iglesias (2002 y 2007) llegaríamos muy cerca de donde está en este tercero.* Esto es evolucionar. Lástima que sus lanzamientos sean tan esporádicos. Lo paradójico es que su evolución se da en el sentido cada vez más neto y explícito hacia cierta veta del pasado –el pop de los primeros setenta–, lo que entraña otra paradoja más, porque es una época en que los músicos evolucionaban muy rápido (entre otras cosas porque sacaban un disco por año, el ping-pong con el público era mucho más dinámico). Lo de pop no va en el sentido de ligerito, sino en el de prolijo: la rama de la herencia beatle que se mantuvo apegada a los límites de la canción breve, bien hecha, esquivando los aspectos...
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