Buena parte del poder del presidente Bernardo Arévalo se dirime en las esferas de la Justicia. Fueron la fiscal general Consuelo Porras y el fiscal especial contra la Impunidad Rafael Curruchiche quienes tuvieron en suspenso la asunción de Arévalo y de una docena de sus diputados, acusando al Movimiento Semilla –al que pertenece el presidente– de irregularidades en los avales para constituirse como partido político. Pero no solo produjeron zozobra sobre el futuro gobierno: Porras y Curruchiche aparecen como responsables del enjuiciamiento de otros magistrados, fiscales, empresarios y militantes sociales en los últimos seis años. Curiosamente, los enjuiciados habían investigado y denunciado casos de corrupción.
El 18 de marzo se llevará a cabo la audiencia de debate de apelación especial en...
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