A 30 años de la primera concentración por el Día Internacional del Orgullo Gay en Uruguay, la lucha del colectivo LGBT continúa en pro de una sociedad más igualitaria. El 28 de junio de 1992 unos pocos valientes se reunieron en la plaza Libertad para reclamar por los derechos de lesbianas, homosexuales, bisexuales y trans. «Entendemos que es importante para nosotros empezar a autorreconocernos en las proclamas mundiales por los derechos de los homosexuales, que, en definitiva, es una lucha por los derechos humanos», se leía en Aquí Estamos, el boletín de Homosexuales Unidos, colectivo que hizo la convocatoria. Este acto de resistencia fue el primer antecedente de la ya tradicional marcha que cada mes de setiembre convoca a miles de personas en las calles de Montevideo y que este año será el viernes 30 por Avenida del Libertador.
Para conmemorar aquella primera irrupción en el espacio público, el 28 de junio pasado el Centro de Fotografía de Montevideo (CDF) y Llamale H inauguraron la exposición Basta de discriminación, la lucha continúa, en la fotogalería de la plaza Libertad. Desde una perspectiva histórica, la muestra rescató documentos y puso en valor los derechos adquiridos por el colectivo para redoblar esfuerzos en lo que resta por hacer. Entre los materiales en exhibición se encontraba la emblemática fotografía tomada por Diana Mines en la que se puede leer la pancarta con la que en 1992 se llamó al encuentro: «Basta de discriminación». Esa misma consigna es la que se retoma ahora para continuar el camino recorrido.
PARA HACER MEMORIA
A comienzos de los noventa no era fácil expresar públicamente una orientación sexual o una identidad de género que no estuviera marcada por la hetero o la cisnormatividad. Si lo pensamos en los tiempos de una sociedad, es poco el plazo que nos separa de aquellos años y son varias las conquistas de derechos alcanzadas en los últimos tiempos, pero si lo vemos en los términos de la vida de una persona, tres décadas es mucho. Si bien hay leyes que prohíben la discriminación y abogan por una sociedad más justa, hoy las dificultades pasan por la implementación de la normativa recién aprobada. Una ley se puede cambiar en pocos meses, pero los cambios sociales son mucho más lentos y exigen otras transformaciones; afortunadamente, algunas ya son visibles.
Hace dos años, en plena pandemia, el CDF exhibió El tiempo de las flores, muestra que exponía parte del acervo documental del Archivo de la Memoria Trans de Argentina (véase «A flor de piel», Brecha, 7-VIII-20). Si bien se trataba de un rescate llevado adelante en la vecina orilla, en los últimos años varios trabajos editoriales y audiovisuales locales también se han encargado de recobrar esta memoria: Yo soy trans (2015), de Victoria Varela, recoge el testimonio de diez mujeres transgénero. No fue la primera vez que en nuestro medio se publicó un libro así, ya que en 1991 N. N. Argañaraz y Antonio Ladra habían editado Gloria o el drama de la existencia, la historia de Gloria Meneses, quien se definía como «el travesti más viejo de América del Sur». Gloria, que nació en 1910 como Hércules Sánchez, también protagonizó el documental La gloria de Hércules (2010), de Aldo Garay.
Garay es uno de los nombres inevitables a la hora de referirnos al rescate y la construcción de la memoria trans en Uruguay, desde su primer trabajo, Yo, la más tremendo (1995) –disponible en Youtube–, pasando por El casamiento (2011) y El hombre nuevo (2015), filme que retrata la historia de Estefanía, una mujer trans que nació en Nicaragua, fue un niño guerrillero en la revolución sandinista hasta que fue adoptada por una familia uruguaya. Por último, De los baños a la calle. Historia del movimiento lésbico, gay, trans uruguayo (2013), de Diego Sempol, es un trabajo ineludible a la hora de reconstruir el pasado de las disidencias sexuales de nuestro país. Libros, fotografías, películas, testimonios: piezas dispersas de una memoria diversa que se resiste a silenciarse frente a las imposiciones de la heteronormatividad.
MÁS QUE CINE
Llamale H ya es una marca registrada en la agenda del Mes de la Diversidad y hoy comprende muchas más áreas que el festival cinematográfico que le dio origen. Cuenta con un importante número de actividades durante todo el año, entre las que se destaca el trabajo conjunto en distintos puntos del país con el Departamento de Género y Diversidad del Instituto Nacional de Rehabilitación, que genera foro-debates con la población privada de libertad a partir de la proyección de cortometrajes.
Este año, la apertura del festival será con entrada gratuita en la sala principal del Teatro Solís y tendrá a las hermanas Coito como maestras de ceremonia. Con la presencia de su director, se proyectará Tu me manques (Rodrigo Bellot, 2019), adaptación al cine de su propia obra de teatro, que en 2023 se estrenará en Broadway. Argentina será el país invitado, por lo que varios realizadores argentinos estarán brindando charlas y presentaciones en escuelas de cine y espacios alternativos. Entre estas actividades se destaca la retrospectiva de Marco Berger, que además incluye el estreno de Los agitadores (2022). La ceremonia de clausura, también con entrada gratuita, será en la Sala Zitarrosa, donde se proyectará Camila saldrá esta noche (2021), de Inés María Barrionuevo. Al igual que en ediciones anteriores, el festival estará presente en Tevé Ciudad con largometrajes de Georgia, España, Paraguay y Argentina. También será posible ver algunas películas en la plataforma +Cinemateca.
Además de la propuesta cinematográfica, que en su mayoría será en las salas de Cinemateca Uruguaya, se suman varias actividades paralelas al festival que tendrán lugar en más de 20 espacios, como la inauguración de la muestra fotográfica Más allá de los cuerpos, de Daniela Montes de Oca, en Estereotipa; en el mismo lugar, una charla con directoras rioplatenses estará dedicada a la realidad de las mujeres en el audiovisual. También el Centro Cultural de España será sede del festival; allí se estrenarán dos documentales uruguayos de temática trans: Una familia, diversas vivencias, de Valentín Fontán, y la entrega número 69 de Transur, canal de Youtube de Sofía Saunier. El viernes 16 en el Teatro Solís se estrenará Malas historias de cama, de Oleg y Vladimir Presnyakov, obra que a través de seis historias interconectadas presenta situaciones cotidianas que ocurren en distintos dormitorios. Entre los visitantes extranjeros se destacan Gerjo Pérez Meliá (España), director de la Cinemateca Pedro Zerolo y creador en 2005 de la Red Cine LGBT, y Filipe Catto (Brasil), artista y activista que se ha dedicado a géneros como el samba, la MPB, el jazz y el tango, quien se presentará el martes en el Castillo Pittamiglio.
Según sus estatutos, Llamale H es una asociación civil que, por medio de proyectos culturales y educativos, pretende incentivar investigaciones que generen cambios para una sociedad más justa, respetuosa de la diversidad y en la que no exista discriminación por orientación sexual o identidad de género. Pero cuando se consulta a su director, José María Cote Romero, nos dice que es mucho más: «Llamale H significa varias cosas, depende de cómo hayan hecho contacto con nuestros proyectos. Para quienes participaron de los talleres es un lugar de aprendizaje y de reflexión, para artistas y cineastas es un lugar para mostrar su producción, para los que han ido al cine es la posibilidad de conocer historias que permiten empatizar y verse reflejados. Es difícil de definir, por eso: llamale h. En definitiva, es lo que vos quieras». No hay dudas de que, hoy por hoy, el trabajo sostenido durante 16 años posiciona al festival como el proyecto cultural sobre diversidad sexual y de género más antiguo de Uruguay.