“El sacrificio” culminó en 1986
Desde el comienzo Andrei Tarkovski fue sospechoso: sus poéticos vuelcos místicos (Iván), el hecho de mostrar sin identificar la redacción de Pravda para que los entendidos leyeran entre líneas (El espejo), la revaloración de un pintor de íconos del siglo xv (Andrei Rublev), una ciencia ficción con astronautas medio locos (Solaris), un tenebroso paseo por una zona amenazante (Stalker), eran cosas que daban que pensar. Entonces lo prohibieron por las dudas, pero seguía filmando y sus películas llegaban a los festivales a pesar de las prohibiciones y hasta se exhibían, por ejemplo, en Montevideo.
Meses después de expatriarse en Occidente aterrizó en el Kremlin la perestroika de Mijail Gorbachov, pero ya era tarde: murió en París de cáncer en 1986 y dos mes...
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