Millones de televidentes siguen con interés los episodios de csi, csi Miami, csi New York y otros programas parecidos. Sus protagonistas son policías científicos que revisan minuciosamente las escenas de un crimen para encontrar algo que delate al autor.
Los indicios hallados se someten a exámenes y comparaciones de adn, huellas digitales y otros, en laboratorios dotados de aparatos técnicos de vanguardia, y siempre el criminal es detectado, detenido y procesado. Resuelven los casos prácticamente solos, pero a veces la realidad no imita a la ficción, como quería Oscar Wilde. Annie Dookhan trabajaba como química en un laboratorio de Boston, Massachusetts, en el que se analizan pruebas de estupefacientes. Era muy pero muy eficaz: mientras otros químicos examinan un promedio de 50...
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