Casualidad o no, las dos películas españolas que pudo apreciar esta escriba venían por el lado del humor. Y también casualidad o no, ambas están ligadas de una u otra forma a la realidad de fuera de la pantalla.
Negociador, dirigida por Borja Cobeaga –coguionista de Ocho apellidos vascos–, se atreve a tratar desde el humor las negociaciones reservadas entre el representante socialista del gobierno español y un representante de Eta, por los años 2005 o 2006. Un humor escueto, negro, casual, apoyado en diálogos muy breves y en situaciones absurdas en el contexto, como que el delegado del gobierno tenga una apariencia que hace que quien lo recibe lo confunda con el etarra, o que deba medir meticulosamente sus gastos como si se tratara de un voluntarioso outsider, detalle que de alguna manera...
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