México
Hace siete años, cuando era gobernador del estado de México, el actual presidente, Enrique Peña Nieto, ordenó la represión de un movimiento por tierras en el poblado de Atenco: hubo muertos, violaciones, apaleamientos y la condena a largas penas de prisión para más de 200 campesinos movilizados. El caso llegó a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, y ahora el gobierno quiere transar, por chauchas y palitos, con los denunciantes, que se niegan.
“No es posible que un individuo con esas características, con esos antecedentes, sea presidente. Él mandó violar a nuestras mujeres, reprimir a nuestros pueblos y encarcelarnos, asesinarnos”, exclama Felipe Álvarez, un anciano campesino de la localidad mexicana de San Salvador Atenco, en la periferia de la capital del país, ...
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