Hace poco más de dos años, con la intervención en Yemen de una coalición liderada por Arabia Saudita, se inició una guerra que ha generado en ese país la crisis humanitaria más grave del planeta. Es una crisis relativamente silenciosa, o silenciada por los inmensos flujos de twits y titulares sobre escándalos en la Casa Blanca o victorias contra el Estado Islámico. También es una crisis sin posibilidades de solucionarse en el corto plazo.
“Millones de yemeníes enfrentan hoy una triple tragedia: el espectro de la hambruna, el mayor brote de cólera en un año y las carencias y la injusticia derivadas de un conflicto brutal que el mundo ha permitido que se prolongue y que es completamente evitable. Esta tragedia humana es deliberada y gratuita, es política y se puede detener con voluntad y cor...
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