La vieja dama indigna - Semanario Brecha
Edición 1395 Suscriptores

La vieja dama indigna

Cuando Julian Assange ingresó al edificio de ladrillo rojo en el que funciona la embajada de Ecuador en Londres, al atardecer del 19 de junio pasado para pedir asilo político al gobierno de Rafael Correa, comenzaba un conflicto político-diplomático que con el paso del tiempo fue creciendo. El fundador de Wikileaks estaba obligado a presentarse todos los días en una comisaría y a pasar la noche en casa de un amigo en la que había fijado residencia. El hombre se encontraba en libertad provisional en espera de su extradición, ya concedida por la justicia inglesa, a Suecia, que lo reclamaba para juzgarlo por una denuncia de violación que habría sido cometida dos años atrás, en 2010, cuando el australiano había dado una serie de conferencias en Estocolmo. Pero Assange negaba haber violado a na...

Artículo para suscriptores

Hacé posible el periodismo en el que confiás.
Suscribiéndote a Brecha estás apoyando a un medio cooperativo, independiente y con compromiso social

Para continuar leyendo este artículo tenés que ser suscriptor de Brecha.

Suscribite ahora

¿Ya sos suscriptor? Logueate

Artículos relacionados

Edición 2078 Suscriptores
Cultura y ciencia en el presupuesto

Misma cara de unas pocas monedas

Edición 2078 Suscriptores
Jueces, fiscales y defensores públicos reclaman más presupuesto

El burnout de la Justicia

Edición 2078 Suscriptores
La protección de las infancias frente a la violencia vicaria

Donde más duele

Edición 2078 Suscriptores
Venezuela, entre la normalidad y el escenario bélico

Vuelve Trump, vuelve el lobo

Edición 2078 Suscriptores
Israel y su aparato de propaganda para ocultar el genocidio

Tapalo con plata