También voy a extrañar verlo en la feria de la otra cuadra. Porque Walter vivía en la calle Río Branco, no en Ferreira Aldunate –Propios sigue siendo Propios, Sierra sigue siendo Sierra–, y cada tanto hacía sus compras mientras se encontraba con otra gente de esa suerte de Beverly Hills del subdesarrollo montevideano que es esta zona del centro.
Y fue muy duro cuando el miércoles recibí la noticia de la muerte de Walter, y se la comentaba a la gente del liceo y casi nadie sabía quién era. ¿Cómo no acordarse del Herrero, de Aeroplanos, de Esperando la carroza o El coronel no tiene quien le escriba? Pero claro, Walter apareció poco en la tele, no apareció con suma frecuencia en el cine, aunque su rostro supo tener personajes más que interesantes en películas de esta y la otra orilla.
Esa ra...
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