El jueves 30 de marzo, durante una visita en Turquía, el secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson, dijo que “la situación a largo plazo del presidente (de Siria, Bashar) Al Asad la decidirá el pueblo sirio”. El mismo día la embajadora de Estados Unidos en las Naciones Unidas, Nikki Haley, afirmó que “la prioridad de la administración Trump ya no es sacar a Asad” del poder.
Por si fuese necesaria más claridad, en Washington el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, afirmó que “con respecto a Asad, hay una realidad política que tenemos que aceptar”. “Estados Unidos tiene prioridades profundas en Siria e Irak, y hemos dicho claramente que la lucha contra el terrorismo, y en particular la derrota del Estado Islámico (EI), es la primera de tales prioridades”.
De esta forma, y muy d...
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