Cinco puntos perdidos. Un punto rescatado ante Ecuador en situación extrema, con muchos merecimientos morales y pocos merecimientos futbolísticos. Ningún atisbo, durante todo el encuentro, de que se podía sacar algún punto ante Colombia. En total, cinco goles tomados, y pudieron ser más. En total, un gol convertido a partir, en parte, de un mal despeje adversario. En Medellín, sensación de ahogo y la consecuente sensación de impotencia. En Montevideo, 30 primeros minutos terribles, impropios de una selección de primera línea y propios de un equipo amateur que enfrenta a uno profesional. Durante los 180 minutos, un juego defensivo tambaleante y un juego ofensivo irregular, anunciado, previsible, casi sin variantes. Lo peor, en ambos partidos: el mismo equipo, prácticamente, que obtuvo el c...
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