Más oro y menos carbón
La ubicación de Peñarol en la tabla de posiciones del Torneo Apertura invita a reflexionar sobre el presente de una institución que no logra la paz suficiente como para despegar y alejarse de prácticas y discursos que en 1993 pudieron haber sido muy exitosos, pero que 20 años después ya no parecen serlo. He aquí un llamado al pronto resurgir del glorioso mirasol.
Yo no soy hincha de Peñarol, y creo que no podría serlo ni aunque le pusiera empeño. Ni siquiera si el día de mañana recibo un sms del Tito Goncalves invitándome a ser titular en el clásico (oferta que no desecharía, dado que, después de todo, uno es profesional y vive de esto) y Peñarol gana con ocho goles míos (el séptimo de ellos, un golazo), podría recibirme de hincha carbonero. A lo sumo parafrasearía...
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