Es un hecho: junto con los salarios, el empleo, que muestra una curva en notorio descenso desde el arribo del covid-19, vino a asestar un duro golpe a la economía. El Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS), cuyas finanzas se sostienen –desde 2007– fundamentalmente con la cantidad de trabajadores activos en la seguridad social, está recibiendo los primeros coletazos del aumento del desempleo. Las mutualistas que, junto a salud pública, cotizan en el Fondo Nacional de Salud (Fonasa) y reciben aportes por cada trabajador afiliado han pintado un escenario de pérdidas derivadas de la pandemia, agravado por los nuevos desempleados que ya no aportan al fondo.
Entre febrero y junio de este año, 50.160 afiliados al Fonasa dejaron de recibir cobertura. De los caídos, 23.288 ya estaban afiliados ...
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