Sonreír a la cámara no es para cualquiera. Justin Bieber lleva haciéndolo una semana sí y otra también desde que fue descubierto en Youtube por un cazatalentos a los 14 años que lo transformó en un ídolo mundial para adolescentes. Con 19 y cuasi jubilado, ni siquiera la policía fue capaz de borrarle esa sonrisa tan perfecta que engrosará la galería de famosos que tienen en su currículo el dudoso honor de haber sido inmortalizados por las fuerzas del orden. Pero Bieber no fue ni el primero ni el último. La lista es larga.
Y la juventud ayuda: quizá sabiendo que algún día sería famoso y millonario, Bill Gates sonríe feliz en su primer carné de identidad. A Steve McQueen, arrestado en Alaska en 1972 por conducir con unas copas de más, el alcohol le ayudó no solo a sonreír con picardía, ...
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