Cuentista, novelista, columnista de opinión, crítico de teatro y de literatura, Martínez Moreno fue un intelectual sensible a la realidad de su época, un militante político y cultural que proclamó el compromiso social del escritor. Moralista implacable y penalista destacado, su actividad como defensor de presos políticos lo llevó al exilio, donde murió en 1986. Hoy, cuando su nombre se desvanece en el arqueo generacional del 45 y sus libros casi no se leen, es buen momento para evocar la obra del creador insumiso que no sin consecuencias se atrevió a una literatura descarnada de fuerte propósito ideológico.
Creo haber leído a Martínez Moreno por última vez a principios de la década del 90. Ahora, al cumplirse cien años de su nacimiento, decidí leer sus cuentos y novelas de un tirón. Cuando...
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