La muestra funcionó como caballo de Troya, ya que buscaba interpelar la noción de arte –con pretensión hegemónica– de la modernidad europea. Frente a la estética que postuló la autonomía de la forma y el valor de la pieza original y única del genio creador, Tekoporã1 mostró que también es arte aquello cuyo valor prioriza su función más que su existencia formal, que es colectivo, repetitivo e incluso conservador. Sobre el sentido y contemporaneidad de esas manifestaciones artísticas, Brecha conversó con el historiador y curador paraguayo Ticio Escobar.2
—Este año realizaste en Buenos Aires una exposición que reu-nió unas 215 obras provenientes del Museo del Barro de Asunción, que tiene un acervo de casi 2 mil piezas, muchas de las cuales tú mismo donaste. La muestra incluyó pinturas, tallas...
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