Desde cierto momento impreciso del pasado siglo –pongámosle a partir de la década del 50– se convirtió en filón para la ficción el tratamiento de determinadas figuras políticas en su condición de personajes. Y cuanto más repulsiva sea la figura en cuestión, más tela hay para cortar, más jugo para exprimir, etcétera. Ahí están Stalin, Franco, Tito, Ceaucescu, Perón, Fidel Castro y, obviamente, encabezando el pelotón de caracteres tiránicos devenidos entes de ficción, el mismísimo Führer, el antiguo canciller imperial, líder de masas, cabeza del Tercer Reich, genocida y exterminador. Y siguen los epítetos.
En el año 2015 la película Er ist wieder da (“Ha vuelto”), dirigida por David Wnendt y basada en el bestseller homónimo de Timur Vermes, llegó al punto máximo de la imaginería hitleriana f...
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