Vive en Córdoba, tiene 39 años, dos hijos, y aceptó voluntariamente realizarse la prueba de Adn para saber si era hijo de desaparecidos. “Reserva y tiempo” es lo que pidió el joven para iniciar el acercamiento a su familia biológica. Por ahora sólo eso. En la mesa donde se cruzaron Estela Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo; Sonia Torres, titular de la oficina de Abuelas en Córdoba, los tíos biológicos del nieto recuperado número 122, y media docena de nietos y abuelas de desaparecidos, se dibujaba la satisfacción por una nueva identidad restituida y arrancada al olvido y la mentira.
“Esto demuestra que son treinta mil o más los desaparecidos”, aseguró Carlotto, generando el aplauso inmediato de todos quienes se apiñaban en el segundo piso de la Casa de las Abuelas en Buenos A...
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