Nadie esperaba que la política exterior del nuevo gobierno uruguayo tuviera una impronta latinoamericanista y se alinease con los gobiernos progresistas o de izquierda de la región. Lo previsible era que se le bajaría un tono al relativo regionalismo de la anterior gestión para mantener un lugar ambiguo, oscilante, pragmático. Una estrategia diplomática “cautelosa”, lejos de la “retórica altisonante”, más orientada a asegurar la cuota de exportación que a tomar partido en esas rencillas de la geopolítica regional o mundial que definirán la historia de las próximas décadas. Las recientes declaraciones respecto a Venezuela del ministro de Relaciones Exteriores, Rodolfo Nin Novoa, sugieren que esto no será así.
El lunes 6 el canciller fue entrevistado por Emiliano Cotelo en su programa En Per...
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