Allá por 1967 una joven que no alcanzaba los 20 años se hacía con el primer premio de la Feria de Libros y Grabados con una obra de título curioso: Zafarrancho solo. Ese libro es, al día de hoy, una auténtica pieza de culto, y su artífice, Cristina Carneiro, falleció el pasado lunes en algún lugar de Europa.
Desde hacía
décadas la escritora andaba trotando por el mundo –se
fue de Uruguay hacia 1976– y su vida era un gran signo de interrogación. En su cuenta
de Facebook, el escritor y diseñador Gustavo Wojciechowski –que en junio de
este año editó con su sello, Yaugurú, Para simplificar, el último libro
de Carneiro– decía: “Con Cristina Carneiro intercambiamos mail.
Tomamos un café en el Brasilero en la que creo fue su última visita a
Montevideo. No sé cuántos hijos tiene ni cómo se llaman....
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