“Y, puesto que no se me escucha, dormiré, como después de la escabechina del cirujano: días, semanas, meses y años, y nunca jamás, lo juro por estos dedos y esta cruz y escupo por el suelo, ¡nunca jamás despertaré!”
Antonella Cilento (Nápoles, 1970) abre los postigos al Nápoles español de mediados del siglo XVII con un diálogo místico y una promesa imposible (la cita corresponde a una de las cartas de la joven protagonista –Lisario– a la virgen María antes de, efectivamente, recostarse a dormir).
En su infancia Lisario había importunado a familia y sirvientas con su canto y su parloteo, ya en su nacimiento se la había abofeteado para que callara. A los 11 años un cirujano debió realizar una intervención en su garganta, castrándola de su voz, lo cual derivó en el cumplimiento del mandato so...
Artículo para suscriptores
Hacé posible el periodismo en el que confiás.
Suscribiéndote a Brecha estás apoyando a un medio cooperativo, independiente y con compromiso social
Para continuar leyendo este artículo tenés que ser suscriptor de Brecha.
¿Ya sos suscriptor? Logueate