Si fuese sólo la clase media la remolona para reproducirse, el problema nacional de la fecundidad no tendría tanta importancia. Holanda, Alemania y Suecia –por ejemplo– tienen una natalidad más baja que la nuestra y no les va tan mal.Ahora, ¿qué será de nosotros si las vacas se contagian de esa tendencia? Hasta el año pasado veníamos bien. La seca de 2008 había hecho que unas cuantas desistiesen de encargar, pero sin embargo de allí en adelante el entusiasmo procreador había regresado a los rodeos. El verano de 2013 fue especialmente estimulante. En el otoño siguiente se oyó afirmar que ocho de cada diez vacas estaban encintas y que aquel sería el año de los 3 millones de terneros. Después se vio que no eran tantos, pero los números igual mejoraron. Además llovió de lo lindo. El pasto se ...
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