La respuesta del climatólogo parecía requerir un culpable. “Desde el principio de año se tenía el pronóstico de que esto iba a pasar, y desde setiembre se sabía que iba a darse su punto más fuerte entre diciembre de 2015 y enero de 2016”, había dicho a Brecha Mario Bidegain, secretario técnico del Instituto Uruguayo de Meteorología. “Las medidas que se toman en función de eso ya no son de mi competencia”, aclaraba, mientras en el litoral norte del país el número de evacuados no paraba de crecer.
La documentación existente avalaba lo dicho. Ya en abril el boletín del Centro Internacional para la Investigación del Fenómeno de El Niño (Ciifen) advertía que la temperatura de las aguas del Pacífico ecuatorial, que hasta enero del año pasado estuvieron fresquitas, venía subiendo. La edición de m...
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