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Picaresca fernandina

“Los trabajos del amor”, una novela que imbrica el policial con la picaresca y el registro naturalista con las irrupciones alucinadas, cuasi fantásticas, en una muy hábil y abigarrada organización narrativa.

Los trabajos del amor, de Damián González Bertolino. Estuario. Cosecha Roja. 286 págs.

“(…) éramos caballeros de rapiña”, afirma uno de los epígrafes con que abre Los trabajos del amor, y son palabras de El buscón, de Quevedo. El otro pertenece a Cyril Connolly en La tumba inquieta, y aventura que “La irrealidad es lo que nos aleja de nosotros mismos, y la mayoría de los placeres son irreales”. Dos citas inteligentemente elegidas para una novela que imbrica el policial con la picaresca y el registro naturalista con las irrupciones alucinadas, cuasi fantásticas, en una muy hábil y abigarrada organización narrativa. Aunque poco ortodoxa, sigue tratándose de una novela policial, y por eso Las trampas del amor ha ido a engrosar la cada vez más abultada colección Cosecha Roja, de Estuario. Como se advierte en esta edición, los primeros capítulos del libro fueron apareciendo por e...

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