En 2001, en 2004 y en 2007 Brecha dedicó amplias coberturas al asunto. Para entonces, comienzo del siglo, lo que se discutía afectaba sobre todo al plano del lenguaje, y el debate se daba, principalmente, en función de la irrupción de las nuevas terminologías que la “corrección política” venía a legar: el caso de “gay” en donde antes iba “puto”, o el de “afrodescendiente” allí donde se decía “negro”, si bien las cargas discriminatorias en ambos ejemplos son distintas. Se trataba de un primer capítulo en la discusión, uno que sin haber clausurado todavía sus páginas se jugaba sobre todo en el repertorio lingüístico y en los resortes ideológicos que éste promovía o desaconsejaba con relación a aquellos términos cuyos usos históricos habrían resultado estigmatizantes para distintos colectivos...
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