Desde hace tiempo existe un culto, una curiosa veneración por el cine clase Z. O mejor dicho, por ese cine que pretende ser bueno pero que resulta ser un desastre. De la misma forma que en la película “Ed Wood” el director Tim Burton rendía culto a uno de los peores directores del cine de Hollywood de los años cincuenta, en “The Disaster Artist” James Franco hace lo propio con “The Room”, considerada por muchos algo así como “El ciudadano” del cine malo.
En Estados Unidos se entregan los razzies, premios a las peores películas del año. En Madrid tiene lugar el festival Cutre Con, donde se reúnen cintas que suponen una verdadera afrenta al buen gusto y en el que conviven batallas de monstruos gigantes, robots hechos con cajas de televisores, Spidermans de procedencias impensables, policías ...
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