La amenazante sanción del decreto de excepción constituye quizás el develamiento de una enorme parodia. Apoyado en un discurso barnizado de un léxico “socialista”, que busca hacer ver continuidad con el gobierno de Chávez allí donde sólo hay ruptura con él, el presidente Nicolás Maduro acaba de dar otro paso en el camino de la liquidación del proceso bolivariano tal como lo conocimos en estas dos décadas.
La democracia participativa y protagónica, las formas novedosas de propiedad, la garantía irrestricta a los derechos humanos, los derechos sociales y políticos que allí se establecen, hicieron de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela una hoja de ruta progresiva de la que nunca se alejó el presidente Chávez.
Esa Constitución expresó un proyecto, perfectible, es cierto, p...
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