A sólo cuatro meses de su investidura el presidente Donald Trump tropieza cada vez más seguido con sus propias torpezas. Eso ha llevado a que las instituciones menos democráticas de Estados Unidos –los servicios de seguridad– emerjan actualmente como la vanguardia en la defensa del sistema constitucional.
La prensa, calificada por Trump como “enemigo del pueblo”, ha recuperado su vigor y asedia sin pausa al multimillonario fanfarrón, pero el Congreso todavía sigue pusilánime, el Partido Republicano desconcertado y los votantes boquiabiertos ante tanto dislate.
El tropezón mayor, paradójicamente, lo dio Trump al meterle mano al Buró Federal de Investigaciones, más conocido como Fbi.
UN DESPIDO. La semana pasada Trump destituyó a James Comey, director del Fbi, y la primera versión dada por l...
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