“Aprendí a no subestimar la capacidad de Brasil de sabotearse”, proclama José Murilo de Carvalho, uno de los más importantes historiadores brasileños (El País, sábado 16). Sostiene que se vive bajo “la política del odio que se inició en la década de 1950 por la Unión Democrática Nacional contra Getúlio Vargas, que culminó en el golpe de 1964”. Luego el PT se encargó de reconducirla hacia la izquierda, adoptando sin decirlo uno de los lemas de un político derechista: “roubo, mas faço” (robo, pero hago).
Murilo observa el futuro del país con enorme pesimismo. “La nueva politización no pasa por los partidos. Por el momento no hay ningún partido que sea capaz de organizarla, ni siquiera la Red de Marina Silva. Y si continúa así, no tendrá futuro.”
La crisis política que llevó a iniciar el proc...
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