Cabe, entonces, preguntarse si el tango, patrimonio cultural inmaterial de la humanidad, según la
Unesco, vive genuinamente en el
Montevideo de hoy. ¿Dónde se puede escucharlo en vivo, sentirlo, bailarlo? ¿Se
proyectará al futuro o quedará siempre como una flecha hacia el pasado?
Fácilmente, pueden observarse distintas variantes en el tango: el
cantado, muchas veces evocativo de los viejos clásicos del género; el
instrumental –quizás con mayor cuota de riesgo–; el de guitarras criollas,
milonguero; el fusionado con otras expresiones, como el candombe, el rock, el
jazz e incluso la música electrónica. El joven bandoneonista Esteban Toth lo
resume así: “Algunos entran al tango por Gardel y otros por Piazzolla”,
y eso parece trazar una sensible diferencia, para muchos irreconciliable. La
disp...
Artículo para suscriptores
Hacé posible el periodismo en el que confiás.
Suscribiéndote a Brecha estás apoyando a un medio cooperativo, independiente y con compromiso social
Para continuar leyendo este artículo tenés que ser suscriptor de Brecha.
¿Ya sos suscriptor? Logueate