La población europea oscila entre dos reacciones extremas: la solidaridad y el rechazo. Fueron muchas las manos tendidas en diversos países hacia los extranjeros que buscan un lugar a la sombra del desarrollo europeo, mostrando un sentimiento internacionalista que se mantiene vivo pese a la criminalización de los medios. Pero los fascistas también mostraron las uñas, dispuestos a saltar a la yugular de los nuevos migrantes, culpables para ellos de todos los males que aquejan al viejo continente.
La principal noticia de esta semana fue el anuncio realizado por Angela Merkel de que su país se compromete a recibir a 500 mil refugiados cada año, lo que en su opinión cambiará profundamente el país. Este año aceptará unos 800 mil extranjeros, cuatro veces más que el anterior. Lejos quedan los de...
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