Imágenes lejanasLa aventura de un montevideano en los dominios de la ex Siam comienza no bien éste pone los pies en el avión de la compañía tailandesa cuyo lema, haciéndole los honores a uno de los productos de aquellas tierras, no es otro que “Suave como la seda”. Dicha máxima se cumple: el largo vuelo transcurre plácidamente mientras los viajeros paladean algún plato típico, calman la sed con ricos jugos, ven películas que ellos mismos eligen y disfrutan la atención de un personal que, sonrisa mediante, siempre está dispuesto a escuchar sus pedidos. Al llegar a la inmensa y húmeda Bangkok, con sus seis millones y medio de habitantes, altos edificios, endiablado tráfico y tórridas temperaturas, el visitante descubre que la amabilidad que advirtió en el traslado se prolonga en una gran ci...
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