Cuando digo que al turismo le va a tocar bailar con la más fea, no lo digo por la ministra. Habrá que atizar mucho el ingenio para captar visitantes argentinos. No alcanza con devolverles el Iva ni darles para la nafta, hay que ir a buscarlos en Uber, darles cupones de descuento, tiques alimentación, dos por uno en teatros, hay que organizar una gran búsqueda del tesoro invitándolos a localizar los bienes adquiridos con dinero de la corrupción. Incluso se podrían convertir las propiedades de Punta del Este y Piriápolis, compradas con la plata de las coimas, en un tiempo compartido para que todos los argentinos puedan disfrutarlas, aunque sea un fin de semana.
También se pueden instrumentar algunas medidas de empatía, tener gestos que nuestros vecinos valoren, como declarar persona no grata al pelado Sampaoli, repatriar a Víctor Hugo Morales o que Luis Suárez le advierta a Messi: “Si no ganás algo con tu selección, no sos más mi amigo”.
Hay que apostar fuerte. En lugar de la típica maratón 5 K o 10 K, se puede organizar la maratón K para que todos corran a Cristina.
Si bien este verano no va a estar funcionando la casa Gipsy Queen, el gobierno está avanzando en otro parque temático de entretenimientos. La diversión está asegurada.
La idea es hacer un parque como los de Orlando, donde muchos de los juegos y espectáculos están inspirados en películas. En Disney, por ejemplo, refieren a Indiana Jones, Piratas del Caribe y Toy Story. En Universal Studios a Tiburón, E T, Harry Potter, Men in Black y Jurassic Park.
Acá se podría hacer algo con las películas uruguayas, que no tienen tanta acción pero tienen su encanto.
No digo En la puta vida porque el Estado no puede competir en proxenetismo y trata de blancas, aunque sería la única forma en que no dieran ganancias.
Puede aparecer 25 watts, esa sí, donde el desafío consista en vivir la experiencia de sentarse en un murito de barrio a no hacer nada.
Está El baño del papa, donde se podría llevar a contrabandear en bicicleta, integrando aventura y ecología.
O La redota, donde Jorge Esmoris se convertiría en guía turístico y acompañante histriónico, llevándolos hasta el campamento del Ayuí.
También está la inspiradora película del Pepe, que se estrenó con tanto éxito en el Festival de Venecia. Se podría ofrecer una visita virtual 3D a la chacra y no faltaría el lucrativo merchandising con el muñequito del Pepe, el perfume del Pepe, las sandalias del Pepe y los clásicos buzos con pelotitas. Ahí pasamos al frente.