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¿Tendencia o respiro?

Se podría estar gestando un cambio: en los últimos dos años, luego de décadas de valores altos y estancados, la fecundidad adolescente empezó a bajar. Sin embargo, persisten las desigualdades geográficas, educativas y socioeconómicas, que luego del parto se profundizan aun más.

Dibujo: Ombú.

La respuesta es la misma, se pregunte en la academia, las organizaciones o el Estado: hay que tomar los datos con pinzas, esperar algunos años para ver si la tendencia se consolida, e investigar qué razones explican que en 2015 y 2016 haya descendido la fecundidad adolescente. Desde los noventa –salvo por la baja de un punto en 2003 y 2004 y algunas fluctuaciones menores en el correr de las décadas– la fecundidad adolescente explicó alrededor del 16 por ciento de los nacimientos. En 2015, en cambio, se redujo al 15 por ciento y en 2016, al 14.1
Pero si bien no hay nada dicho y por el momento nadie arriesga razones para esta disminución, desde el Ministerio de Salud (MS) consideran que el hecho no es casual. Esa cartera incluyó el tema dentro de sus 15 objetivos sanitarios, promovió un deba...

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