El último viernes parecía que la tempestad no tendría vuelta. Los sindicatos de la enseñanza ya estaban cumpliendo sus primeras medidas de lucha porque –según argumentaban– el gobierno estaba dilatando las negociaciones salariales a tal punto que cabía dudar de que hubiera tiempo para realizarlas. “En el sector privado se da un plazo de 90 días para que patrones y trabajadores lleguen a un acuerdo. Nosotros estamos teniendo menos de dos semanas”, dijo a Brecha José Olivera, secretario de la Federación Nacional de Profesores, el miércoles 12 de agosto. Hasta ese momento lo que se sabía de lo que en materia de salarios docentes propondría el gobierno era lo que el Codicen le había contado a los representantes sindicales. Y el viernes 14, el Día de los Mártires Estudiantiles, cuando las parte...
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