Las películas tienen su relación con el tiempo, al menos en la mente del espectador. Pude ver Medusas, primera obra del matrimonio compuesto por los escritores israelíes Edgar Keret y Shira Geffen, en algún festival, de Cinemateca o de cine israelí. Hace ya tiempo, lo que no es raro tratándose de un filme de 2007. Esa primera visión trajo un cierto encantamiento, esa especie de suspensión placentera en un universo luminoso, que ayuda a aceptar lo improbable y a endulzar lo trágico desde la amortiguación de la melancolía.
Contribuyeron, sin duda, la estructura y la atmósfera. Su estructura, con algo de las películas corales de Robert Altman pero circunscripta a un puñado de personajes, predominantemente mujeres, que pueden cruzarse, o no, sin relación causa efecto. Su atmósfera es a la...
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