Hace muchos años, en la Argentina de Carlos Menem, el premio Nobel de la paz Adolfo Pérez Esquivel, entrevistado por este periodista para este semanario, decía: “Aunque tenga el Nobel, en este país soy casi clandestino, nadie me entrevista, no tengo acceso a ningún medio”. Así era. Así sigue siendo. Hace pocos días estuvo en Montevideo para solidarizarse con el pueblo de Haití, y apenas mereció alguna referencia en los medios, nada en la tevé, muy poco en general.
El asunto viene a cuento por el Nobel otorgado a Malala Yousafzai, paquistaní de 17 años defensora de la educación de las niñas en una región donde el Talibán tiene prohibida a las mujeres la asistencia a clase. En 2012 fue víctima de un atentado de un grupo aliado a los talibán en el autobús que la trasladaba al colegio. Resultó...
Artículo para suscriptores
Hacé posible el periodismo en el que confiás.
Suscribiéndote a Brecha estás apoyando a un medio cooperativo, independiente y con compromiso social
Para continuar leyendo este artículo tenés que ser suscriptor de Brecha.
¿Ya sos suscriptor? Logueate