El miércoles 10 el Parlamento Europeo debía discutir acerca de las recomendaciones de los eurodiputados sobre el acuerdo comercial UE-Estados Unidos, el un poquitín menos famoso que el Tisa, el Ttip. Hasta hace unos pocos días todo venía bastante bien barajado para los partidarios del tratado: el grupo socialista, uno de los más numerosos en la Eurocámara, que había estado coqueteando con la izquierda y amenazando con no votar una de las cláusulas “faro” del tratado, la Isds, que da intervención a tribunales especiales dependientes de las estructuras del Banco Mundial en caso de diferendo entre un Estado y un inversor privado, había finalmente terminado por alinearse con la derecha. A cambio de que populares y liberales aceptaran marcarle ciertas “líneas rojas” a Estados Unidos (respetar l...
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