“Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo.” ¿Cuántos lectores, en todo el mundo, guardan en su memoria este comienzo iluminado? ¿Y cuántos nuevos lectores –pienso sobre todo en los adolescentes posmodernos– podrán ser hoy cautivados por la intensidad y la exuberancia de esas aventuras alocadas? En realidad habría que preguntarse cuál fue la alquimia de Cien años de soledad, por qué llegó a leyenda o mito, qué mecanismo puso en funcionamiento para que escritores de primera línea y obra tan disímil como el británico Salman Rushdie, el checo Milan Kundera, el chino Mo Yan –Nobel de literatura en 2012–, el estadounidense Paul Auster y tantos otros, confesaran que en es...
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