Pocos elementos del paisaje y de la naturaleza le han aportado tantas páginas a la literatura como la figura del río. Llaga fluvial que se extiende a lo largo de la tierra, sinuosa o en expansión, atravesando diversos accidentes geográficos, horadando el terreno que cambia con el paso de las eras, testigo de los desplazamientos y las luchas de hombres y de bestias, el río es en sí mismo personaje, contingencia y metáfora.
Es a través del primer río mencionado en la Biblia –el Pisón– que se accede a la región de Havilá, pródiga en oro; es de las aguas de un río –el Eunoë– que Dante bebe en su paso por el Purgatorio para adquirir el buen conocimiento y la virtud que le permitirán alcanzar el Paraíso; es frente a las aguas de un río –el Ebro– donde don Quijote se extasía al contemplar “el sos...
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