Las movilizaciónes y reclamos nacionales e internacionales por la desaparición del argentino Santiago Maldonado el 1 de agosto en Chubut provocaron un cortocircuito entre la justicia federal y el poder político. Consciente de que está a cargo de una causa muy sensible, el juez federal Guido Otranto avanza con pasmosa lentitud en la búsqueda de pistas e hipótesis de una investigación que le quema las manos. Entretanto, el gobierno nacional de Mauricio Macri se ve obligado a demostrar que está tomando medidas en el asunto, ya que no tiene muchos elementos para defender la inocencia de la Gendarmería nacional en la desaparición. Y es que un creciente número de testimonios acumulados en el expediente judicial señala a esa fuerza y a los jerarcas políticos del Ministerio de Seguridad como los r...
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