Así como existe un cine comercial de superhéroes orientado a la familia, un cine comercial de terror orientado al consumo adolescente y un cine comercial, dramático y oscarizable, orientado a un público adulto, también hay un cine comercial orientado a los adultos mayores, muchas veces sustentado en actores de esa misma franja etaria, en situaciones simpáticas o hilarantes, en el que se apela a menudo al “encanto” de los protagónicos. La fórmula es, como en muchas de las películas de los géneros anteriormente nombrados, elemental. Y a menudo da la impresión de que lo que hace falta es un par de grandes actores y nada más ya que, al parecer, los lugares comunes y las convenciones hacen el resto. Eso es exactamente lo que sucede aquí. Los enormes Terence Stamp y Vanessa Redgrave son los pro...
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