El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, lo anunció a comienzos de mes: el gas que Rusia no puede sacar hacia Occidente por Europa del este saldrá por tierra otomana. Para el analista estadounidense Andrew Korybko se trata “del movimiento más grande hasta ahora hacia la multipolaridad”, que lleva a Turquía, viejo aliado de Estados Unidos, a “rechazar el euroatlantismo y abrazar la integración euroasiática”. Es el corolario de un distanciamiento progresivo entre Ankara y Wa-shington, a raíz de la apuesta estadounidense en Siria a lo que Korybko llama “la carta kurda” (Sputnik, 4-XII-14).
Antes unido a Turquía en su afán de reprimir a las milicias kurdas, Estados Unidos apuesta ahora al diálogo con ellas para contener el avance en Siria del grupo yihadista Estado Islámico (EI). Amenaz...
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